Antes de abordar propiamente el tema de este Trabajo de Fin de Grado, es necesario aclarar algunos conceptos fundamentales.
Acento nuclear
El acento nuclear —también llamado acento principal o núcleo, según distintas denominaciones— se coloca en una palabra seleccionada como particularmente relevante para el significado dentro de la frase entonativa (Intonation Phrase, IP). El acento recae en la sílaba léxicamente acentuada de esa palabra, de modo que siempre se sitúa en una vocal fuerte tónica. Sin embargo, lo que lo caracteriza como nuclear es el hecho de recibir prominencia tonal por parte del hablante. Esto implica que se produce un cambio de tono o el inicio de un movimiento tonal. Así, el acento nuclear se localiza en la sílaba que lleva el tono o en la que comienza el movimiento tonal.
En este trabajo he señalado los acentos nucleares subrayándolos, es decir, subrayando únicamente la sílaba acentuada y tonalmente prominente donde recae el acento.
Las tres T
Tal y como explica Wells (2006), “los hablantes de inglés toman tres tipos de decisiones al expresarse: cómo dividir el discurso en segmentos, qué se va a acentuar y qué tonos se van a emplear”. Estas tres decisiones corresponden a los tres parámetros en los que el lingüista Michael Halliday dividió el estudio de la entonación inglesa en 1967. Son conocidos como las tres T y, en palabras de Paul Tench (2005), “se aceptan hoy en día de forma prácticamente universal, aunque se presenten con otros términos”.
A continuación se ofrece una descripción esquemática de las tres T y de lo que implican:
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Tonalidad: la división del discurso en segmentos, denominados frases entonativas (IP).
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Tonicidad: la distribución de los acentos dentro de cada IP y la asignación del acento más importante —el núcleo— a una palabra concreta.
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Tono: el movimiento tonal que se va a utilizar en el núcleo. Hay cuatro posibilidades: caída, ascenso, caída-ascenso y ascenso-caída.
Esta tesis se ocupa del segundo parámetro, la tonicidad, por lo que los otros dos, la tonalidad y el tono, no se abordarán.
La regla del Último Elemento Léxico
La tonicidad es un sistema cuyo principio fundamental se expresa mediante la regla del Último Ítem Léxico (Last Lexical Item rule). Esta regla establece que, salvo que haya una razón para hacer otra cosa, el núcleo de la IP —es decir, su acento principal— recae en el último ítem léxico. En este punto conviene hacer dos aclaraciones. En primer lugar, la distinción entre palabras léxicas (sustantivos, adjetivos, adverbios y la mayoría de verbos), que son aquellas que transmiten un significado claro, y palabras funcionales (preposiciones, artículos, conjunciones, pronombres, verbos auxiliares, verbos modales y el verbo copulativo be), que se describen mejor en términos de su función sintáctica. En segundo lugar, es importante tener en cuenta que la regla habla de “elementos léxicos” o “ítems léxicos” y no de palabras, para incluir también los compuestos.
Veamos un ejemplo de cómo funciona la regla del Último Ítem Léxico. En el enunciado
(1) I don’t know what she’s talking about.
el núcleo recae en el verbo talking y no en la preposición about. En general, esto resulta algo difícil de asimilar para los hablantes de español, ya que por defecto el núcleo tonal en español coincide con la última palabra. Sin embargo, existe una diferencia considerable en términos de pronunciación entre
(2) I don’t know what she’s talking about.
y
(3) *I don’t know what she’s talking about.
(2) es la versión correcta y no marcada en inglés y, si producimos (3), estaremos colocando un énfasis antinatural en una preposición, lo cual podría desconcertar a nuestro interlocutor y hacer que se pregunte si estamos tratando de implicar algo diferente. En definitiva, esto dará lugar a un acento inconfundiblemente extranjero.
La cuestión se complica aún más porque podemos encontrarnos con varias palabras funcionales seguidas al final de una IP, lo que hará que la decisión sobre el núcleo no sea tan sencilla. En estos casos, tendremos que retroceder en busca del último elemento léxico. Por ejemplo:
(4) We know he’s been stealing money, but we’ve never caught him at it.
Si procedemos hacia atrás, encontraremos:
- El pronombre neutro it –una palabra funcional-.
- La preposición at –otra palabra funcional-.
- El pronombre personal masculino him –una vez más, una palabra funcional-.
- El verbo caught, que es una palabra léxica y, por tanto, recibe el acento principal.
Veamos ahora un par de ejemplos tomados de la vida real:
(5) His novel, Be near me, is a beautiful and poignant exploration of a life of a catholic priest, father David, who does not, it’s fair to say, have a very good time of it (James Naughtie; Aberdeenshire, Scotland. BBC4).
(6) Before I do that, there’s something I want to talk to you about (Frank Alberston; Fergus Falls, Minnesota, US, Room Service)
Foco amplio y foco estrecho
También es necesario decir algunas palabras sobre la estructura de la información. La relación entre lo que ya se conoce —normalmente denominada información vieja o simplemente dada en lingüística— y lo que es nuevo en el discurso ha sido una preocupación de los lingüistas desde hace mucho tiempo. Tal y como explica Saeed (2009), existen distintas formas de marcar la novedad y la condición de conocida de la información en la lengua. La sintaxis es una de las más evidentes, como se ejemplifica en la oposición entre el artículo definido y el indefinido; por ejemplo, mientras la frase nominal the car (el coche) hace referencia a algo ya conocido, a car (un coche) introduce un nuevo elemento en el discurso. La otra vía importante para señalar la información nueva es la entonación.
Consideremos los dos ejemplos siguientes:
(7) John is going to rent a flat.
(8) John is going to rent a flat.
Mientras que en (7) estamos realizando una afirmación general, no marcada, en la que todo es nuevo para nuestro interlocutor, en (8) el hecho de que alguien va a alquilar un piso ya es información compartida. Entonces, mediante la entonación, procedemos a identificar a esa persona, y esta es la información nueva que estamos aportando.
Ahora bien, estos dos ejemplos corresponden a dos conceptos útiles:
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Oraciones o frases entonativas con foco amplio, como en (7), en las que la totalidad del enunciado constituye información nueva.
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Oraciones o frases entonativas con foco estrecho, como en (8), donde parte de la información transmitida en el enunciado ya es conocida.
Así, cuando una IP se produce con foco amplio, el acento recae en el último ítem léxico (flat, en el ejemplo). Si, por el contrario, la IP se produce con foco estrecho, el acento nuclear no se sitúa en el último ítem léxico, sino en otra palabra léxica anterior (John, en (8)). Esta palabra acentuada es el foco o núcleo y marca el límite de la parte del enunciado que contiene la información nueva, lo que se denomina dominio de foco (focus domain). Todo lo que viene después de ese punto se considera información vieja y se desacentúa.
Por supuesto, este recurso no es exclusivo del inglés. También se emplea y se comprende en español. Observa este ejemplo:
(9) –¿Qué te pasa? ¿No te gusta la comida?
–La carne no me gusta.
Sería difícil afirmar que esta no es una forma natural de responder en español. La diferencia radica en que el inglés hace un uso mucho más intensivo de este tipo de desacentuación, mientras que el español, en general, como veremos a lo largo de este trabajo, tiende a apoyarse más en una reorganización sintáctica de la oración, como en
(10) Lo que no me gusta es la carne.