La asimilación es un proceso natural que ocurre en todas las lenguas: un fonema se convierte en otro debido a la influencia de un sonido vecino. Por eso, este fenómeno está en el corazón mismo del connected speech.
El tipo de asimilación más común es la regresiva, es decir, aquella que actúa “hacia atrás”: el fonema que sufre el cambio se ve influido por el sonido que viene después. Por ejemplo, la frase that man [ðæt ˈmæn] puede pronunciarse [ðæp ˈmæn], ya que, al ser /m/ una bilabial, la oclusiva alveolar /t/ que la precede se convierte también en un bilabial (la oclusiva /p/).
Un aspecto clave es que la asimilación se produce sobre todo de forma inconsciente, de modo que los hablantes no suelen darse cuenta de lo que están haciendo y tienden a sorprenderse —o incluso a indignarse— cuando se les dice que los sonidos que realmente emiten no coinciden siempre con la ortografía.
Pero ¿por qué —podemos preguntarnos— se produce la asimilación? La razón es bastante simple: nuestros órganos articulatorios (lengua, labios, dientes, etc.) tienen que pasar de una posición a otra —de /n/ a /b/, por ejemplo—, pero ciertos cambios son difíciles de realizar en el tiempo requerido, así que se toma un atajo.
Veamos este caso en detalle con un ejemplo:
Inglés Español
One boat Un barco
Cambiar de la consonante alveolar /n/ a la bilabial /b/ no es fácil porque implica demasiado movimiento dentro de la boca. Solo se puede hacer con precisión en un habla lenta y cuidadosa. Si hablamos con rapidez, convertimos la nasal alveolar /n/ en una nasal bilabial /m/, de modo que ya estamos preparados para articular la bilabial /b/. En resumen, nos saltamos un paso (el alveolar) y pasamos directamente al siguiente (el bilabial). Por eso, normalmente decimos:
ǀ wʌm ˈbəʊt ǀ ǀ um ˈbarko ǀ
Y por eso también, en español, el prefijo en se convierte en em cuando va seguido de las bilabiales p y b (empaquetar, embotellar). Como ves, es un proceso completamente natural.
También existe la asimilación progresiva, en la que un fonema cambia por la influencia de un sonido anterior: open /ˈəʊpən/ y ribbon /ˈrɪbən/ pueden pronunciarse /ˈəʊpm/ y /ˈrɪbm/ (se omite la /ə/ y las bilabiales /p/ y /b/ convierten la alveolar /n/ en la bilabial /m/). No obstante, a pesar de su inclusión en libros y tratados académicos, la importancia de la asimilación progresiva es realmente marginal para los intereses del hablante de inglés (nativo o no nativo), así que la dejaremos de lado y nos centraremos en el primer tipo.
Y ahora llega una pregunta clave:
¿Es obligatoria la asimilación? No, no lo es. Pero es natural y permite hablar con mayor fluidez. Un punto importante es que no es necesario hacerlo siempre, es decir, en cada ocasión. Pero, del mismo modo, un discurso totalmente desprovisto de asimilación suena muy artificial, incluso forzado.
Escuchemos esta interesante grabación:
This is now going to be a struggle between the good guys and the bad guys. Now the army, he says, the army top brass are the bad guys, the small number of intellectuals who are campaigning to reopen the trial are the good guys (Robert Gildea, BBC4).
El hablante no asimila el fonema /d/ a /g/ en la frase good guys, pero sí lo hace en bad guys. Así que dice:
ǀ gʊd gaɪz ǀ but
ǀ bæg gaɪz ǀ
¿Por qué elige hacerlo así? Probablemente sea una cuestión de gusto o hábito personal, o quizá dependa del momento, del ritmo del discurso u otros factores. En realidad, no importa. Algunos hablantes asimilan ciertos sonidos de forma sistemática y otros no, y lo mismo ocurre con algunas expresiones o combinaciones de palabras. El hecho de que alguien pronuncie should go como ǀ ʃʊg ˈgəʊ ǀ no significa que asimile siempre cada /d/ a /g/ cuando va seguida de una velar. Lo que sí es cierto es que la asimilación es muy común en el habla de los nativos y que también ayuda a los no nativos a sonar más naturales.
En los siguientes artículos vamos a estudiar distintos casos de asimilación. A primera vista, la idea puede parecer intimidante, pero una vez que empieces te darás cuenta de que en realidad es bastante sencillo. Lo que probablemente sentirás será una sensación de alivio. La asimilación es un fenómeno muy natural, así que hablarás con mayor soltura y comodidad sabiendo que esos cambios son perfectamente correctos e incluso esperados. También comprenderás mejor a los hablantes nativos.
Tres cosas que conviene recordar
Los casos que vamos a estudiar comparten una serie de características. Ten en cuenta los siguientes tres puntos (sería útil tener este cuadro a mano):
- Alveolares. Todos los sonidos sujetos a variación aquí son alveolares: /t/, /d/, /n/, /s/ y /z/. Las consonantes alveolares son especialmente inestables en inglés.
- Punto de articulación. En la mayoría de los casos, el único cambio que sufren estos sonidos es el del punto de articulación. Por ejemplo, /t/ (alveolar) puede convertirse en /p/ (bilabial) o en /k/ (velar). El modo de articulación se mantiene (oclusiva o fricativa), o bien cambia muy poco (de oclusiva a africada).
- Sonoridad. Lo más importante es que la sonoridad no cambia. La sorda /t/ puede convertirse en las también sordas /p/ y /k/. La sonora /d/ puede pasar a ser /b/ o /g/, que también son sonoras. Solo hay un caso en el que se produce un cambio de sonoridad: de /z/ a /ʃ/. Si tienes en cuenta este detalle, te resultará mucho más fácil asimilar estos procesos.