Los adverbios y los sintagmas adverbiales de lugar tienden a quedar fuera del foco cuando se encuentran en posición final.
(218) What’s happening over there?
(219) There’s a fly in my soup. [1]
(220) You behaved appallingly at your birthday party.
(221) There’s not a jot of truth in what she’s saying.
Sin embargo, debe mencionarse una importante advertencia. Los complementos adverbiales finales solo pueden desacentuarse cuando no son necesarios para la correcta formación del enunciado. Consideremos los siguientes ejemplos:
(222) Put that package on the floor.
(223) She drove me to the station.
En todos los casos anteriores, el complemento adverbial no puede omitirse. Como explica Downing (2006), algunos verbos requieren un elemento locativo obligatorio porque, de lo contrario, la oración sería sintáctica y semánticamente incompleta. No son adjuntos, sino complementos locativos. Tanto Cruttenden como Wells destacan que, cuando el complemento adverbial es obligatorio, lleva el acento tónico.
Cuando esto no ocurre, la desacentuación es bastante probable. A continuación, se presentan algunos ejemplos:
(225) Can you tell us about the wife of Bath and the significance some women have in The Canterbury Tales (Melvyn Bragg; Carlisle, Cumbria, UK).
(226) It is used to characterize particular examples of vulgarity, if you like [2], in the working class (Laurie Taylor; Liverpool, UK).
(227) A wonderful thing happened. There was a donkey in the scene, [and they actually had a donkey [3] whisperer, who was reassuring the donkey and getting its lines [4] correct (Alexander McCall Smith; Bulawayo, Southern Rhodesia)]
[1] Famoso ejemplo utilizado por Ladd, Ortiz-Lira and Wells.
[2] Ver también adverbios oracionales.
[3] Ver también compuestos abiertos.
[4] Ver también sustantivos + adjetivos.